Pollito infernal

  En fin, de infernal no tiene más que la tinta roja; es más una broma privada que otra cosa. Conservo este pollito de uno de los últimos bollos de pascua que tuve, allá por el Pleistoceno. Hace mucho tiempo, antes de la televisión por cable, si te ibas a una confitería, tenías pocas opciones con los adornos de las tartas: un par de flores de azúcar, hojas decorativas de oblea, que no sabían a nada, y... pollitos baratos.

  Las patas son de plástico, el pico de cartulina fina y el cuerpo de una especie de fieltro sintético amarillo. Era una cosa pequeña que estaba siempre en algún lado por encima del bollo ó tarta de turno, y durante unos años parecía omnipresente en las confiterías. Parece que ahora no se hacen. O se usan en otro lado, a saber.

Dinosaurio iluminado por flexo

  Puestos a suponer, imagino que sea un  brontosaurio, ó puede que un braquiosario,  no lo tengo claro. En la práctica, es un juguete de un huevo Kinder de 6 piezas (2 para las patas y 4 para cuerpo, cola y cabeza), de un plástico naranja claro que era muy habitual en las primeras figuritas que distribuían, según recuerdo. Me imagino que lo sacarían poco antes ó poco después de la primera película de Parque Jurásico; siempre tuvieron cierto éxito los dinosaurios, pero por aquella época parecía que no existía otra cosa.

Vuelvo a la libretilla de cuero, así que es un tamaño pequeño, y está dibujado con un rotulador Koi azul; tienen una punta blanda puntiaguda, que suelo llamar punta de pincel, porque me permite matizar el trazo. Como ya está un poco gastada la tinta, puedo hacer un sombreado que imita al pincel seco, como en el dibujo. Me gusta cómo quedaron las sombras: la luz es un foco directo, de mi flexo, y la figura está apoyada sobre un ladrillo de goma, para hacer yoga. 

Tostadora, jarra con vasos y paquete de kleenex

  Hace unos días, pasé por un centro comercial local y me di un paseo por la zona de los materiales de dibujo. Pillé media pastilla de acuarela blanca opaca (la que me venía con el estuche de acuarelas es demasiado transparente) y dos cálamos. Éstos últimos tenía interés en conseguirlos porque no se encuentran fácilmente: no son caros, pero no suelen usarse habitualmente. 

Un cálamo es una caña seca cortada en su extremo para poder hacer trazos con tinta, y uno de los útiles de escribir más antiguos de la historia. Tienen un trazo grueso y hay modos más fáciles de dibujar ó escribir, pero tiene su propia energía, por así decir. Y a veces viene bien volver a lo básico.

Gatita en bikini con regalo

  Voy a intentar algo, a ver qué tal sale: cuatro entradas al mes en este blog y dos en el otro. Más que nada, es por forzarme a hacer cosas, que estos dos últimos meses han resultado un poco caóticos por mi parte. Necesito establecer una rutina, y que me dure algo más de lo normal. Veremos qué tal se me da.

Volvemos a la libretilla de cuero, ésta vez con una figura particularmente pequeña, de menos de 2 cm de altura. Por el tema festivo y el tamaño, me supongo que la haya conseguido de un roscón de Reyes. Dicho sea de paso, no deja de resultarme curioso hablar de mis cosas a base de conjeturas, como si todas estas chorraditas mías fuesen parte de un conjunto arqueológico. Siempre dije que sería un buen Indiana Jones; excepto por el vértigo, y la claustrofobia, y los nervios... y casi todo lo demás. Aparte la altura, claro.

Robert Downey Jr. en 'Sherlock Holmes'

Me parece que ya no hay cambios: como veo que no soy capaz de contestar a los blogs de Blogger que me visitan, tendré que abandonar el intento. Contestaré a los que tengan cuenta en Miarroba desde dicho sitio, porque allí aún puedo (y cruzo los dedos, para que siga), pero pido disculpas a quien corresponda. Una pena, este blog tiene elementos que me resultan cómodos de manejar, pero me da que la excesiva integración dentro del entorno de Google tiene sus pegas. Inconvenientes de la centralización de servicios, creo.

Bueno, al tajo.

Tortuga parda

Bueno, esta figura no tiene mucha historia: no recuerdo cómo ó cuándo la conseguí, para empezar. Es más ó menos del mismo largo que Pedro Picapiedra y tiene un color marrón oscuro, parecido al carey, pero no tengo claro de qué material está hecha.

Volvemos de nuevo a la libretilla de cuero y a la tinta color sepia. Intenté en un inicio dibujarlo a plumilla, pero me encontré con algo que no esperaba. Resulta que la tinta está algo degradada (la había conseguido de oferta al cerrar una librería), y tiene más de agua que de tinta, le falta espesor. Eso impedía que la plumilla retuviese la tinta para poder dibujar, así que acabé haciéndola como de costumbre, con un pincel de acuarela del 2. Por otra parte, que estuviese la tinta licuada me permitió también el hacer el sombreado con una sencilla aguada.

El resultado es muy sencillo, pero simpático. Ó eso me parece.

 

Pedro Picapiedra Kinder

  Este mes pasado he estado liado cambiando las estanterías de mis libros, por un problema de carcoma. Las sustituí por un par de estanterías metálicas que tuve que pedir por internet. Lo tengo confirmado: odio hacer pedidos online, soy torpe con avaricia. El caso es que eso (y el recolocar los libros en un nuevo espacio) me ha despistado de otras historias, y me pillaba con pocas ganas de actualizar. Y poco más habré dibujado.

Otra historia es que he vuelto a tener problemas para contestar a los que me visitáis de otros blogs. Es algo que me confunde, porque pensaba que ya estaba resuelto. A ver si se arregla en un futuro. Mis disculpas en cualquier caso, si no consigo contestaros: no es por falta de ganas, sino de habilidad (ó de suerte, no sé).

Y a otra cosa, mariposa.